Desafortunadamente
nuestro municipio se ha convertido en puerto de desembarco de personas que por
diferentes circunstancias han tenido que dejar sus lugares de origen y han
tenido que migrar hasta esta zona del país muchos en busca de paz, otros en
busca de un mejor porvenir para sus familias y otros simplemente buscando
refugio para esconder sus malos pasos en otra parte; Toda esa andanada de
familias, de personan en busca de un lugar de un sitio, de un hogar, han sido aprovechadas
por la clase política local para fomentar la construcción desaforada de barrios
de miseria y pobreza, donde no están garantizados los servicios públicos, ni
vías de acceso y mucho menos zonas recreativas, ni planteles educativos.
Barrios
donde la esperanza nunca llego y por el
contrario se consolido la pobreza y el abandono, sectores donde muchas veces la
persona más admirada por niños y jóvenes es el bandido más reconocido o al que
más respetan los bandidos menores. Caldo de cultivo perfecto para la
delincuencia común, la drogadicción y ahora para el reclutamiento de jóvenes de
todas las edades para los grupos criminales al margen de la ley, fenómeno del
que las autoridades locales y departamentales tienen conocimiento, pero que no
develan por que no tienen como afrontar y que no es exclusivo de malambo, sino
por el contrario se viene expandiendo desde el mismo distrito hacia su área
metropolitana y muy pronto hacia el departamento en general.
Ese
es el Malambo que le debemos a la clase política que durante estos últimos 14
años ha gobernado y conducido nuestro municipio, los mismos que han cambiado
tierras ricas y hermosas para el cultivo de pan coger por barrios pobres,
estériles y desesperanzados, donde solo importa cuantos votos debe colocar cada
familia beneficiaria de cada casa y a la que ni siquiera se ha entregado la
escritura de propiedad a pesar de llevar diez o más años cumpliendo
religiosamente con la cuota electoral a quien se jacta de haberle entregado una
casa solo por apoyarle electoralmente.
Para
poder pensar en el desarrollo industrial, urbanístico y comercial de nuestro
municipio, lo primero que hay que hacer suspender la construcción de estos
barrios de miseria y diseñar una política
de desarrollo social verdadero para los más de 50.000 habitantes del sur
occidente de malambo y las orillas de nuestros cuerpos de aguas, donde
precisamente se radica la inmensa mayoría de estos barrios de casas estrechas y
desoladas por la desesperanza que genera la pobreza extrema que habita en
ellos. Esta política social no solo es garantizar su vinculación a familias en acción, es también llevar hasta
ellos educación, atención en salud, construir zonas de esparcimiento y fomentar
la cultura ciudadana, el respeto por el otro y la capacitación laborar para que
esas personas se sientan incluidas en nuestra sociedad y no excluidas, como
hasta ahora los hemos hecho sentir. Nadie ha dicho que esto es fácil, pero hay
que comenzar yá, si es que estamos verdaderamente interesados en el despegue de nuestro
municipio como puerto seguro, para todo el desarrollo industrial, comercial y
urbanístico del que por nuestra ubicación geográfica nos podemos beneficiar.
Alex
Miranda Ch
Periodista
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