Páginas

miércoles, 17 de septiembre de 2014

CUERPOS DE AGUA DE MALAMBO. CLOACAS Y FOCOS DE CONTAMINACIÓN ANTE LA INDIFERENCIA DE TODOS

Mientras Barranquilla muestra con orgullo la avenida al rio en un inmenso esfuerzo económico por devolver la mirada a la ciudad hacia la majestuosidad  del rió magdalena y el gobierno de soledad propone incesantemente que esta obra se extienda hasta los municipio vecinos, sumado a los recientes anuncios del gobierno nacional de la firma de la primera fase del dragado del rió magdalena para recuperar su navegabilidad, con grandes inversiones que inicialmente se desarrollarían de Barrancabermeja a barranquilla con el fin de regresar la época dorada a muchos municipios del magdalena medio y bajo que brillaron en la prosperidad cuando por esta afluente se transportaba toda la mercancía y todo el desarrollo del país.

Los habitantes de Malambo vemos con mucha tristeza como al paso de los años y gracias al desconocimiento y desinterés de los múltiples mandatarios forasteros ajenos a nuestra realidad, poco a poco se fueron perdiendo las Ciénegas de convento, la Ciénega grande de malambo y la de Mesolandia, gracias a la invasión y relleno de sus humedales para establecer grandes empresas que supuestamente iban a traer desarrollo y empleo, sumado al alto grado de contaminación que inicio muchos años atrás, cuando ofrecían a boca llena urbanizaciones con acueducto propio y alcantarillado, lo que a la postre termino ni con lo uno ni lo otro, pero sus aguas servidas comenzaron a ser vertidas en estos cuerpos de agua, cosa que con el pasar del tiempo no ha parado, sino por el contrario ha incrementado, pues ya no solo son esas urbanizaciones, sino el alcantarillado de todo el municipio y también las aguas residuales de las empresas e industrias montadas en sus alrededores, recibiendo contaminación química, residuos orgánicos y metales pesados, sin que ningún órgano de control haya tomado cartas en el asunto, por el contrario se expidieron una y otra vez, licencias ambientales que entregaron el visto bueno a la contaminación no solo de los cuerpos de agua, sino arrasando con la fauna, la pesca y la flora que los caracterizaba.

Hoy con una organización de pescadores y ambientalistas divididos en innumerables asociaciones que trabajan más por lo individual que por lo general, incapaces y poco interesados en ponerse de acuerdo y en organizarse en un solo bloque para defender la naturaleza de la Ciénega como fuente básica de su sustento, nuestros cuerpos de agua mueren irremediablemente, ante la indiferencia de quienes fueron elegidos para protegerla como factor fundamental del medio ambiente local

Pero no contentos con esta situación, los más recientes gobiernos municipales incluido el actual, gracias a la modificación del plan de ordenamiento territorial realizado en el célebre gobierno de Adolfo Bernal que cambió de reserva natural a zona de desarrollo industrial las zonas “protegidas” de nuestros cuerpos de agua, se han tomado el trabajo de autorizar la compra y relleno de las Ciénegas de Malambo y Mesolandia, para la construcción de bodegas gigantes que cruzan inmisericordemente sus humedales y hasta estaciones de gasolina que aportan otros elementos químicos derivados del petróleo a su total deterioro
Es importante señalar que a pesar de que esas modificaciones al plan de ordenamiento territorial quedaron sin piso legal al no contar con el visto bueno de la C.R.A, aun hoy se sigue entregando licencias de construcción sobre estos humedales a orillas de la carretera oriental y la vía a Caracolí o sexta entrada, lo que a la postre va a dar el toque final para que los humedales de Malambo, queden encerrados detrás de bodegas y empresas contaminantes que no vacilaran en seguir vertiendo sus químicos y residuos pesados en lo que alguna vez en nuestra historia indígena, fue catalogado como el epicentro del desarrollo de nuestro pueblo, pues gracias a nuestros cuerpos de agua, los indígenas Mokana, comercializaron con indígenas de otras regiones canjeando cazabe, artesanías y pescado, por sal, oro y otros animales que permitieron variar su dieta alimenticia,  llevo a nuestros ancestros a ser uno de los pueblos más prósperos de esta región de lo que hoy es nuestro país

Siempre hemos pensado que más que bodegas y empresas contaminantes que crecen y crecen sin control en esta zona, nuestros cuerpos de agua deben ser recuperados, descontaminados y exhibidos como zona ecoturistica y cultural de un municipio que a pesar de poseer tanta historia, tiene muy pocos dolientes incluso de quienes dependen económicamente de las Ciénegas y que desde el principio debieron mantener una firme posición contra su destrucción

Causa pena ajena que mientras muchos municipios y ciudades de Colombia anhelan tener unos cuerpos de agua grandes y paisajísticos como los nuestros, nosotros le  hayamos dado la espalda, dejando que gobernantes y empresarios forasteros, hayan convertido en cloaca, lo que debería ser nuestra mayor fuente de orgullo y de riqueza.


Alex Miranda Charris
Periodista