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martes, 8 de julio de 2014

QUE EL OPTIMISMO Y LA FELICIDAD NO TERMINEN CON LA ELIMINACIÓN DE LA SELECCIÓN

Indudablemente este mundial no solo fue histórico en las estadísticas de la participación de nuestro país en las justas mundiales de fútbol y en la cantidad de goles marcados por un nacional en esta clase de eventos mundialistas, con los seis goles alcanzados por James que lo ubican como el segundo jugador más joven después de Pelé, en marcar seis goles en un mundial.

También es histórico por el éxtasis que nos produjo a todos los colombianos el juego bonito, seguro y contundente de nuestra selección, seguridad y determinación que por arte de magia se transmitió a los más de 47 millones de colombianos que partido a partido seguimos con mucha pasión a nuestra selección para deleitarnos con su lindo juego y sus contundentes victorias

Pero más allá del éxtasis de la alegría y la felicidad que nos dieron estos gladiadores del campo de futbol, los colombianos nos vimos bañados con un torrencial aguacero de optimismo y fé en nosotros mismos como nunca lo habíamos vivido, una histeria positiva colectiva que nos mantuvo muy felices, muy seguros y decididos a seguir adelante a pesar de los muchos problemas que aún padecemos

Nos sentimos especiales, insuperables y por qué no decirlo, soñamos con demostrar que podíamos ser los más grandes de américa, sueño que no se truncó, sino que en el fondo sentimos que nos lo robaron con el pésimo arbitraje del español Carlos Velasco

Hoy varios días después del histórico encuentro Colombia Brasil, donde el equipo que pedía de manera desesperada e  incesante al controvertido arbitro  que acabara el juego, no fue Colombia y donde su estrella James Rodríguez, debió ceder dos veces su camiseta a pedido de Neymar en el primer tiempo y de David Luis al concluir el partido y luego del apoteósico recibimiento de la selección en Bogotá y la de Teo y Carlitos Bacca en Barranquilla y Puerto Colombia, solo deseamos que por favor, no perdamos el entusiasmo, que los colombianos sigamos manteniendo ese optimismo que nos mantenía unidos, sonrientes y orgullosos, que la fé en nosotros mismos como pueblo, como raza no decaiga y por el contrario aprendamos a entender que el trabajo en equipo, sumado a la fé, a la disciplina, la buena voluntad y el creer en uno mismo da como resultado inevitable el éxito

Y eso fue lo que desde nuestro punto de vista realizó el excelente director técnico José Pékerman, no sólo se tomó el trabajo de seleccionar con mucho cuidado a los 23 mejores guerreros, no sólo por sus cualidades futbolísticas, sino por sus cualidades personales y su capacidad de entendimiento, para uno a uno trabajarlos y concientizarlos de la importancia de trabajar en equipo, de entender que aunque individualmente son muy buenos, unidos podían ser excelentes, un grupo compacto con una sola idea y un sólo objetivo, cosa que no sólo el técnico hizo muy bien, sino que los jugadores supieron asimilar y poner en practica dentro y fuera del campo, ante los medios de comunicación y de la gente

Lo que a la postre los convirtió junto con todos y cada uno de los 47 millones de hinchas en Colombia, en una sola familia humilde, trabajadora y sencilla que encontró la felicidad en el trabajo en equipo, en la fé en nosotros mismo y el optimismo que genera los resultados de la disciplina y la buena voluntad.

Dios permita que no se nos olvide esa gran estrategia Pékerman y que los colombianos seamos capaces de seguir aplicándola a nuestra vida diaria, en nuestras familias, en nuestro trabajo, con nuestros amigos y especialmente en nosotros mismos.

Porque definitivamente quedo demostrado que con fé en nosotros  mismos, el trabajo en equipo, disciplina  y aptitud positiva. Se puede mantener la unidad de nuestro pueblo en medio de le felicidad y el optimismo, el mismo que aún nos embriaga y que esperamos perdure por muchísimo tiempo.  

Gracias profesor Pékerman!


Alex Miranda Charris
Periodista


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