Luego de conocerse los
resultados de las pruebas de sangre realizadas entre diez habitantes de la zona
rural de la bonga en el municipio de Malambo y donde dos de ellos salieron con
altos niveles de plomo en la sangre, quedan confirmados los temores de que
efectivamente las procesadoras de este metal están causando un gran daño no
solo a las personas que residen en el sector de la bonga, Malambito y
Montecristo uno y dos, sino igual a los animales, cultivos y sobre todo al
medio ambiente en general, dado al alto grado de contaminación y toxicidad que
producen dichas plantas, algunas de ellas muy artesanales.
En su última visita a Malambo
el pasado miércoles 30 de enero del presente, el gobernador José Antonio
Segebre insto al alcalde de Malambo Víctor Escorcia y ala Corporación Autónoma
Regional (C.R.A) para que tomara medidas radicales por que hay que proteger a
los ciudadanos, anunciando que se realizara un nuevo estudio sobre 80 personas
más para conocer los grados de contaminación con plomo en sus cuerpos, para
tener mayor seguridad sobre los resultados.
Por su parte el alcalde de
malambo Víctor Escorcia señalo que esta trabajando con organismos como la C.R.A
y el Ministerio del medio Ambiente para procurar el cierre definitivo y
traslado de las fundidoras de plomo que existen no solo en la bonga, sino igual
la que están ubicadas en sectores como caracolí y la Guada, que afectan por
igual la salud de los campesinos del municipio.
Mirando un poco hacia atrás
podemos decir que la situación que esta viviendo estas comunidades campesinas y
de escasos recursos es responsabilidad de aquellos funcionarios de hace dos o
tres administraciones atrás, que irresponsablemente entregaron permisos y
otorgaron licencia de funcionamiento a unas microempresas fundidoras de plomo
conscientes de que con ello traerían contaminación y muerte, esos funcionarios
que hoy pasan de agache e incluso algunos de ellos aun hacen parte de la
administración municipal, es sobre quienes deben recaer las denuncias en los
entes de control por sus actuaciones dolosas en contra de las familias más
humildes y pobres del municipio.
Esta casa periodística resalta
la determinación del señor alcalde de
acabar unilateralmente con estas fabricas de muerte en el municipio y
agradecemos el acompañamiento de la gobernación, pero esperamos mayor
compromiso de la corporación autónoma regional, entidad de la cual salieron
todas las licencias ambientales para el funcionamiento de estas fundidoras y a
quienes les llegó el momento de resarcir el daño causado, suspendiendo las
licencias que alguna vez fueron dadas de manera dudosa y poco transparente.
La gran preocupación es donde
están los lideres y dirigentes de estas zonas campesinas del municipio, que no
se han hecho lo suficientemente visibles en esta situación y por el contrario parece que tuvieran
miedo o desinterés en defender los derechos de sus hijos y familiares de gozar
de un ambiente sano, o es que están a favor de los intereses de los
propietarios de estas microempresas contaminantes que están empobreciendo cada
vez más al campesinado del sector, atentando contra la naturaleza, envenenando
los cultivos y matando la tierra.
Dios quiera que las cosas
cambien y que en un futuro muy cercano estas entidades salgan definitivamente
de nuestro municipio y no termine el hombre del maletín como dicen en el
futbol, acallando las intenciones de rechazo dejando todo al olvido, como ha
sucedido en otros casos.
Alex
Miranda Ch
Periodista